18:47 hrs. - Citada, entre otros, con el nombre de Curia majori entre 1233 y 1381 y Corte Maggiore en 1620, la localidad italiana de Courmayeur —en cuyo territorio municipal se encuentra la montaña más alta de Europa, el Monte Blanco— estuvo vinculada inicialmente al turismo termal en el siglo XVII, gracias a sus cuatro fuentes de agua sulfurosa, considerada un remedio efectivo para defender el organismo de los estímulos inflamatorios externos.
Hacia la segunda mitad del siglo XVIII iniciaron las exploraciones y los estudios de las características del macizo, en busca de la forma de llegar a su cima. Tras la primera ascensión realizada el 8 de agosto de 1786 por el científico suizo Horace-Bénédict de Saussure, que le valió el reconocimiento como fundador del alpinismo, Courmayeur se convirtió en una de las capitales mundiales de la escalada y fue sede de la primera compañía de guías de montaña de Italia.
Hoy es un centro turístico de renombre internacional, conocido por la belleza del paisaje y la hospitalidad de sus habitantes.
En invierno, esquiar en Courmayeur es uno de los mayores placeres para los amantes del esquí: esta localidad del Valle de Aosta es uno de los lugares más elegantes de Europa y cuenta con apasionantes pistas que descienden directamente desde el Monte Blanco. The New York Times la incluyó en su lista de destinos imprescindibles al menos una vez en la vida.
La aldea —a una hora y media en coche de Turín y dos horas y media de Milán— está situada a 1224 metros sobre el nivel del mar, tiene un clima agradable —no demasiado frío en invierno, chispeante en verano— y está muy cerca del Traforo del Monte Bianco, el segundo túnel de autopista más largo de Italia (11.611 km), que conecta el Bel Paese con Francia.
Además de las elegantes tiendas y restaurantes, la zona de esquí de Courmayeur Mont Blanc cuenta con 33 pistas, para un total de 100 km, que ofrecen la sensación invaluable de esquiar en el Monte Blanco, entre paisajes asombrosos. Los 20 remontes del municipio —6 teleféricos, 2 telecabinas, 8 telesillas, 3 skilifts y una pasarela móvil- incluyen el teleférico panorámico SkyWay, una experiencia imperdible que permite alcanzar el punto más cercano al pico más alto de Europa, partiendo de 1,300 metros para llegar a los 3,466 metros de la Punta Helbronner.
Se esquía principalmente desde la estación de Arp (2755 metros), descendiendo desde el Col Chécrouit hasta las bases de los teleféricos.
Predominan las pistas clasificadas como azules y rojas, aptas para todos, aunque las 5 negras son bastante exigentes. Quienes practican esquí de montaña y freeride pueden divertirse: de Arp parten 2 recorridos (Val Veny y Arpette), mientras que otro comienza a 3466 metros en Punta Helbronner y se bifurca a la altura de Pavillon para llegar a la base de Skyway. Una ruta realmente notable.
En verano, los numerosos caminos que rodean el pueblo ofrecen paisajes increíbles y la oportunidad de caminar en la hermosa naturaleza del Valle de Aosta.
El Valdigne, donde se encuentra Courmayeur, se bifurca, siguiendo hacia la frontera francesa, en Val Veny y Val Ferret: el primero estrecho y dominado por el imponente Mont Blanc, el segundo más suave y abierto. Val Sapin, en cambio, es un fascinante valle menor que se abre a tiro de piedra del núcleo urbano, paralelo a Val Ferret. A pesar de la mutua proximidad geográfica, estos territorios tienen características bastante diferentes entre sí desde el punto de vista morfológico y por ello ofrecen una gran variedad de itinerarios de senderismo para todos los gustos.
La oferta de rutas de senderismo en Courmayeur va desde paseos por el valle para toda la familia, quizás con una buena comida en uno de los muchos refugios de la zona, hasta aventuras en senderos equipados y la conquista de vivacs de altura. No faltan los itinerarios para bicicleta de montaña, algunos de ellos reservados para quienes pueden contar con una excelente condición física y un nivel avanzado de conducción.
Para quienes prefieren correr, en agosto de cada año tiene lugar —saliendo de Chamonix, a 23 km de Courmayeur— la carrera en la que todos los aficionados sueñan con participar al menos una vez en la vida: la Ultra-Trail du Mont-Blanc, la vuelta completa a la montaña cubriendo una distancia de 170 km con 10 mil metros de desniveles en subida, un tiempo límite de 46 horas y un número máximo de participantes de 2,300 atletas.