11:35 hrs. - Si bien para la economía global en 2023 seguirá prevaleciendo la incertidumbre, algunas industrias mantendrán la tendencia a expandirse, por lo que buscarán aprovechar las coyunturas positivas que toda crisis trae consigo ya que, históricamente, en los momentos de dificultad es cuando surgen las mayores oportunidades de negocio.
Así lo dio a conocer la firma de asesoría y servicios inmobiliarios Newmark en su análisis Nearshoring y el potencial de México para 2023, al indicar que tras la disrupción en las cadenas de suministro en todo el mundo provocada por la pandemia de Covid-19, alrededor del 79% de las empresas manufactureras estadounidenses que operan en Asia ya iniciaron o tienen planes para reubicar parte de sus operaciones en Norteamérica.
Según la publicación británica The Economist, paradojicamente, la reapertura de las fronteras chinas a partir del 8 de enero de 2023, dado que «el gobierno no se ha preparado adecuadamente vacunando a los ancianos», provocará «infecciones y muertes generalizadas» dentro del país y «será enormemente perjudicial para la economía mundial, elevando el precio del petróleo, el gas y otros productos básicos, avivando la inflación y obligando a los bancos centrales a mantener una política monetaria estricta durante más tiempo».
Esta situación podría incrementar aún más la tendencia en las empresas estadounidenses de llevar a cabo proyectos de reubicación de la producción en países más cercanos geograficamente a Norteamérica y con una zona horaria semejante.
De acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las oportunidades de nearshoring en el corto y mediano plazo para Latinoamérica significarían hasta 78 mil millones de dólares (mdd) al año en nuevas exportaciones de productos y servicios, particularmente de industrias como la farmacéutica, energías renovables, textil y automotriz, entre otras.
De este total, México podría llevarse alrededor de 35 mil mdd, lo que sin lugar a dudas perfila al país latinoamericano como uno de los mayores beneficiarios del fenómeno.
Al cierre de 2022, los mercados industriales de la frontera de México —como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo— al igual que la región Noreste y Occidente del país —en zonas aledañas a Monterrey y Guadalajara— registraron cifras históricas de arrendamiento de superficies industriales con vacancias inferiores al 1% del inventario total. Estos datos reflejan la gran oleada de empresas de diversos sectores que, como medida para reducir el riesgo de cierres parciales o totales de operaciones en Asia, aterrizan en ciudades y Estados que cuentan con mano de obra calificada, así como infraestructura y servicios de clase mundial para arrancar sus operaciones.
«Si bien es cierto que hay regiones donde se ha focalizado la llegada de nuevas empresas como resultado del nearshoring, vale la pena destacar que esto ha llevado a que la disponibilidad de espacios industriales de primera clase en dichas zonas sea muy cercana a 'cero'», señala Abraham Fernández, director para el sector industrial de Newmark.
«El tiempo necesario para contar con nuevas naves industriales de primer nivel» —añadió— «es de al menos 6-8 meses para su construcción y podría llegar a 2 o 3 años en el contexto del desarrollo completo de nuevos parques».
«De ahí la importancia de destacar regiones como El Bajío —que incluye Estados con un alto nivel de infraestructura como Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes— que actualmente cuenta con un inventario disponible de alrededor del 3% de naves industriales de clase mundial, prácticamente listas para recibir a las empresas que buscan instalarse en México».
«El Bajío ofrece servicios sofisticados en el campo de la energía, el agua y la seguridad entre varios otros, sin olvidar las ubicaciones estratégicas y la conectividad para el traslado de mercancías a la frontera, centro y sur del país, que permiten establecer operaciones rentables y eficientes de manera casi inmediata», concluyó el directivo.