06:14 hrs. - Los líderes de México, Estados Unidos y Canadá se reunirán en las próximas horas para una cumbre norteamericana, una reunión durante la cual un tema de discusión importante probablemente se centrará sobre si México ha violado el tratado USMCA/T-MEC fortaleciendo el control del Estado sobre su mercado energético.

¿En qué etapa se encuentra la disputa?

Las tensiones por las políticas implementadas por México escalaron hasta convertirse en un reclamo formal en julio, cuando Washington y Ottawa presentaron una queja en el marco del acuerdo trinacional.

La denuncia alega que los intentos del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de intervenir legalmente en el mercado para favorecer a la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la compañía eléctrica nacional Comisión Federal de Electricidad (CFE) han discriminado a sociedades estadounidenses y canadienses.

Algunas firmas de ambos países también se han quejado de que varios retrasos burocráticos están obstaculizando sus operaciones.

Después de que comenzaron las conversaciones para la resolución la disputa, pese a que no se registraron avances significativos, Estados Unidos y Canadá acordaron extender el proceso más allá de la ventana inicial de 75 días.

Las reglas del tratado USMCA/T-MEC establecen que si el problema no se resuelve durante las consultas, existe la posibilidad de convocar un panel para deliberar sobre el desacuerdo.

¿Cuál es la defensa de México?

López Obrador asegura que México no ha violado ninguna ley y que «no va a pasar nada». El presidente argumenta que las revisiones legales al mercado eléctrico —en virtud de las cuales la CFE tiene ahora prioridad sobre las empresas privadas para conectar centrales eléctricas a la red— se introdujeron en nombre de la soberanía nacional. Al respecto, citó un artículo del tratado que establece que México es el dueño «inalienable» de su petróleo y gas. Los críticos dicen que el artículo en cuestión no cubre el tratamiento puesto en marcha en contra de las empresas privadas.

A menudo, en su intento de erradicar la corrupción, AMLO se ha opuesto a la participación no estatal y extranjera en el sector energético, argumentando que los gobiernos anteriores sesgaron el mercado a favor del capital privado.

¿Puede México resolver la disputa?

La mayoría de los analistas predicen que México perdería si se llegara a un panel formal con un grupo de expertos encargados de resolver la disputa. Esto podría ser muy costoso para el país latinoamericano, abriendo la posibilidad de aranceles punitivos de parte de Estados Unidos y Canadá. Ante esta posibilidad, EU, Canadá y México han dicho anteriormente que quieren resolver el desacuerdo antes de llegar a un arbitraje.

Las conversaciones se desaceleraron después de la renuncia en octubre de la Secretaria de Economía de México. La tarea ha sido encomendada a Raquel Buenrostro, quien destituyó a varios negociadores comerciales reconocidos por su competencia, dejando a cargo un grupo sin experiencia.

El nuevo equipo afirma haber presentado propuestas que abordan dos de las cuatro áreas de consulta identificadas, atendiendo al mismo tiempo otras preocupaciones de los Estados Unidos. Sin embargo, ha habido pocas indicaciones claras de progresos significativos.

La resolución parece depender de la voluntad de llegar a soluciones negociadas por parte de los nacionalistas energéticos dentro de la administración pública mexicana.

¿Cuáles son los puntos de negociación de México?

López Obrador ha hecho de la política energética una piedra angular de su presidencia, una situación que le dificulta dar marcha atrás. Al mismo tiempo, su administración es consciente de que la asistencia de México en el tema de la inmigración ilegal tiene un peso significativo en la política interna de EU, lo que le da al gobierno de AMLO una un punto de negociación efectivo, aunque no declarado.

La industria del país latinoamericano, además, está tan fuertemente integrada con la economía estadounidense que un conflicto comercial podría ser doloroso para ambas naciones, particularmente en un momento en que la región intenta reducir su dependencia de Asia y controlar la inflación.

Sin embargo, la disputa ha afectado la confianza de los inversionistas en México y López Obrador está buscando ayuda de Estados Unidos para financiar la producción de energía limpia en el norte del país con el objetivo de atraer inversiones verdes, particularmente en el contexto de la industria automotriz, un sector clave de la economía mexicana.