03:58 hrs. - En ocasión del Día de la República quiero dirigir, a través de RAI Italia, un saludo a los connacionales que trabajan, estudian y viven en el extranjero, a los ciudadanos de otros países que tienen origen italiano y llaman a las raíces de su historia familiar y a todas las personas que fuera de nuestras fronteras aman y aprecian a nuestro país.
A lo largo de los siglos, muchos viajeros, exploradores, artistas, empresarios que cruzaron nuestras fronteras han honrado a Italia en todos los sectores.
Son numerosos los hechos relacionados con conciudadanos ilustres, que recorrieron caminos y rutas por todo el mundo, enriqueciéndolo con arte, belleza, cultura, sabiduría y habilidades.
Acompañados también por la emigración, provocada por las condiciones de pobreza, muchos italianos buscaron fortuna en otros lugares, creando riqueza y civilización, gracias al trabajo y al compromiso desarrollados.
Esta multitud de conciudadanos, no sin dificultades iniciales y desconfianza, ha contribuido en gran medida al crecimiento económico y civil de los países que los acogieron, integrándose perfectamente en esos contextos, con ingenio, pasión y un nuevo espíritu cívico.
La emigración, con los dramas y sacrificios que la acompañaron, fue también de aporte al desarrollo de la madre patria, favoreciendo el fortalecimiento del comercio y las conexiones, aumentando las inversiones y los ingresos con las remesas de los emigrantes, ampliando la visión del mundo y estableciendo una riqueza incomparable de experiencia y preparación para quienes optaron por regresar.
Una historia de privaciones, tribulaciones y en todo caso de redención y éxito.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo vive una era de globalización, con vínculos y conexiones rápidas, intercambios, encuentros entre experiencias y culturas.
Hoy, trabajar en el extranjero ya no debería ser una opción obligada para nadie, no exenta de riesgos e inconvenientes, sino una oportunidad, especialmente para los jóvenes.
Es responsabilidad de la República velar para que se trate de una cuestión de libre elección.
La riqueza de la experiencia, humana y profesional, ganada en otras realidades, en otros países, potencia los talentos que salen al exterior. Talentos valiosos y apreciados, conscientes de cómo el encuentro, la comparación, el diálogo entre culturas, la circulación de ideas y concepciones diferentes son levadura para el avance en todos los campos.
Se trata de pasar de la fuga de cerebros a la circulación de talentos, alimentando un circuito virtuoso de habilidades y competencias.
La influencia así lograda en otros países, de nuestros conciudadanos, con su propia cultura y forma de vida, es preciosa.
Queridas italianas y queridos italianos en el extranjero, la República se desarrolla y progresa convocando sus energías de alta calidad. Para ustedes lo demuestran sus vivencias, su inteligencia, su experiencia, su capacidad para crear redes y canales de comunicación, para ser puentes y testigos de los valores de la peculiaridad italiana en una comparación constructiva con las experiencias y peculiaridades de los demás.
Ustedes también son la República. Feliz día.