04:15 hrs. - Un país que, a las puertas de Estados Unidos, está ganando terreno en la industria mundial de vehículos eléctricos es México, entre las naciones con mayor crecimiento de la producción en este sector.
La única nación latina de América del Norte se ubica actualmente como el séptimo fabricante de automóviles en el mundo, en términos de unidades, y el quinto mayor exportador, en términos de valor. Desde 1960, el valor de la industria automotriz de México se ha multiplicado por siete, duplicando las ventas desde 1994, cuando obtuvo pleno acceso a los mercados de Estados Unidos y Canadá a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que aún está vigente. Son cifras que, hasta hace poco, se referían a los vehículos de combustión tradicionales.
En 2022, México produjo más de 3,5 millones de automóviles (algo menos que los 3,6 millones de Alemania y los 3,7 millones de Corea). Del total producido, solo el 2% (equivalente a aproximadamente 79,000 automóviles) impulsado por baterías. Pero las cosas podrían cambiar pronto y se estima que, a finales de 2023, el país latinoamericano podría producir más de 220,000 vehículos eléctricos, equivalentes al 7% de la producción total, más que triplicando el resultado del año anterior.
Estas estimaciones se basan en el interés mostrado —y muchas veces ya implementado— por los gigantes de la industria. Tesla abrirá una planta en el estado de Nuevo León, mientras que BMW invirtió 800 millones de dólares en su fábrica de San Luis Potosí en febrero pasado, donde a partir de 2027 se producirán exclusivamente autos eléctricos. Volkswagen trasladará la producción de sus SUV a batería a Puebla, gracias a una inversión de 763 millones, a partir de 2026. En cambio, Stellantis inyectará 200 millones en la planta de Saltillo, que albergará la producción de la nueva RAM Promaster de la final de este año.
La inversión de la marca Jetour del fabricante de automóviles chino Chery —proveedor de la empresa italiana DR Automobiles— podría superar los mil millones de dólares para la construcción de una nueva planta en el país a partir de 2024, con el fin de comenzar a producir vehículos de combustión interna y pasar, en dos años, a una producción exclusivamente eléctrica.
Todavía no hay confirmaciones, pero parece que BYD Auto —recién llegada a Italia y filial automotriz de la multinacional china BYD Co Ltd— también ha mostrado interés en una fábrica en Latinoamérica, con México como primera opción. Lo mismo hizo MG, la octava marca más vendida en el país luego de apenas dos años de ingresar al mercado local.
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