07:54 hrs. - Llega a México tecnología italiana de recuperación de residuos del procesamiento del cuero. Sicit, empresa fundada en 1960 en Chiampo (Vicenza), en el histórico distrito del curtido, produce bioestimulantes para la agricultura (formulaciones a base de hidrolizados de proteínas capaces de estimular los procesos metabólicos de las plantas), retardantes para la industria del yeso y un biolíquido para la producción de electricidad: todo ello procedente de residuos de curtido de origen animal, especialmente carne y pelo.
Controlada por NB Renaissance e Intesa Holding, en la que participan las principales curtidurías de la zona, ya está lista para abrir una planta en México con una inversión total de 35 millones de euros. Ya creó una sociedad con un accionista minoritario local y adquirió un terreno dentro del Parque Industrial León-Bajío (Pilba) en el Estado de Guanajuato, al norte de la Ciudad de México.
«La fase de construcción está iniciando: estará lista a finales de 2024. El objetivo es interceptar los residuos de la industria curtidora de la zona, para producir bioestimulantes y tener una puerta de entrada a los países del acuerdo T-MEC/USMCA. Estamos replicando una de las dos fábricas italianas, la de Chiampo (Vicenza), lo que permitirá aumentar la producción total entre un 30% y un 50%», afirma el director general Massimo Neresini (en la foto).
El continente americano es una región que Sicit vigila con atención. Este año adquirió la chilena Patagonia Biotecnología, una empresa con una facturación de 5 millones de euros que se dedica a la producción de bioestimulantes a base de algas marinas recolectadas en el Océano Pacífico.
«El mercado de bioestimulantes está creciendo a doble dígito. Con esa adquisición hemos ampliado nuestro portafolio a productos de origen vegetal. Una línea que también estamos explorando con otras patentes de procesos y productos, además de las algas. Es un área en la que queremos crecer. Además de la operación en México, estamos planificando inversiones para la expansión de la empresa chilena y la consolidación de la red comercial en los países a los que ya llegamos, la construcción de una nueva planta de producción a partir de hortalizas y, finalmente, la mejora de las dos fábricas italianas, de Chiampo y Arzignano», añade Neresini.
Se hace referencia, en primer lugar, a una acción de mejora de la eficiencia que tiene como objetivo sustituir el metano utilizado en las plantas por el biolíquido producido, para alcanzar la independencia energética a más tardar en 2030, también gracias a un plan que prevé la instalación de 4 MW de paneles solares. En Arzignano también está lista una nueva línea de producción de glicinatos y glicina pura, un aminoácido que mejora la productividad y la resistencia de las plantas.
Hoy en día, Sicit, sólo en Italia, cuenta con alrededor de 150 empleados. Registró unos ingresos en 2022 de 94.9 millones de euros (siendo los bioestimulantes responsables de aproximadamente el 65% del total) y un Ebitda del 38%. Su objetivo es cerrar 2023 en 106 millones de euros (incluyendo el resultado de Patagonia Biotecnología), con un Ebitda del 40%. En 2015 facturó 40.5 millones; en 2019, cuando empezó a cotizar en bolsa, estaba en 56.7, que pasaron a ser 81.8 en 2021, cuando se produjo la salida del mercado accionario y la entrada del fondo NB Renaissance.
La empresa procesa 140 mil toneladas de material al año —de las cuales el 81% es reciclado, mientras que el resto son productos utilizados para enriquecer y transformar residuos del procesamiento del cuero—, provenientes en su mayoría del distrito de curtido donde está ubicada, pero también de otros europeos y no. Invierte entre el 4 y el 5% de su facturación en investigación y desarrollo, tiene cuatro laboratorios (químico, agronómico y de control de calidad) en Italia, dos sucursales comerciales en China y Estados Unidos y vende sus productos en 89 países de todo el mundo (Sara Deganello, Il Sole 24 Ore).
Foto: firstonline.info
