04:16 hrs. - La Basílica de San Pedro se prepara para el Jubileo de 2025.
Por este motivo se inició la restauración del Baldaquino, elemento central de la edificación.
Se erigieron andamios para permitir trabajar en la monumental obra de Bernini, realizada en bronce, oro y madera. Todo estará listo a finales de noviembre, con vistas a la apertura del Jubileo de 2025. Sin embargo, las celebraciones del Papa, a partir de la Pascua, podrán desarrollarse con seguridad.
«Quiero que esta basílica esté abierta al mundo de la comunicación, que sea acogedora e inclusiva como lo es en su vocación. Y que, a través de los medios, pueda comunicar esos valores, que se reflejan en el arte, verdaderos monumentos a la fe. Una basílica abierta», subrayó el director de comunicación del templo, padre Enzo Fortunato, acompañando a un grupo de periodistas a visitar las obras inauguradas el 14 de febrero. «Hoy nos encontramos ante el eje alrededor del cual gira toda la arquitectura de esta catedral», añadió el franciscano, recordando que Gian Lorenzo Bernini trabajó en la realización de la obra «junto con uno de sus más acérrimos rivales, Francesco Borromini, un señal de que trabajar juntos es posible».
El ingeniero Alberto Capitanucci, responsable del área técnica de la Fábrica de San Pietro, recuerda que la marquesina «tiene treinta metros de altura, como un edificio de diez pisos, con estatuas de cuatro metros y una complejidad ligada a la diferencia de materiales, bronce, oro y madera. Una obra monumental, así como será monumental, espero, el resultado».
En la restauración participarán entre diez y doce personas durante diez meses. «Son todas excelencias de la restauración, cada una con su especialización, porque se trata una obra multimaterial», añadió Capitanucci.
Los andamios serán cubiertos con lonas pero no se decorarán, como suele ocurrir en las obras de restauración, porque «es necesario que la luz se filtre». Los trabajos se realizan con la máxima seguridad.
La última intervención importante y radical en el Baldaquino de San Pedro se remonta al año 1758: un gran equipo de especialistas trabajó allí durante aproximadamente tres meses (hasta sesenta personas por día). En aquel entonces se limpió cuidadosamente la estructura, se eliminaron muchas oxidaciones, se consolidaron y aseguraron varios componentes y, sobre todo, se restauraron exhaustivamente los detalles dorados.
Foto: ANSA