15:32 hrs. - El pasado viernes 1 de marzo en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum —candidata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Partido Verde Ecologista y del Partido del Trabajo a la presidencia del país con amplia ventaja en las encuestas sobre sus dos contendientes— dio a conocer 100 compromisos que serán incluidos en los programas gubernamentales en caso de triunfar en las elecciones que se celebrarán el próximo 2 de junio.
En el terreno de la energía, los siguientes son los cuatro puntos que Sheinbaum formuló en la Plaza de la Constitución: Plaza de la Constitución:
Fortalecer Pemex y la Comisión federal de Electricidad (CFE) como empresas públicas estratégicas en beneficio de los consumidores domésticos y del interés nacional.
Promover la puesta en marcha de la petroquímica nacional y la producción de fertilizantes
Garantizar que la CFE fortalezca la capacidad de transmisión y distribución de energía y mantenga su participación en la generación eléctrica
Impulsar la transición energética y promover las energías renovables con la construcción de plantas fotovoltaicas, eólicas, hidráulicas, geotérmicas, hidrógeno verde, paneles y calentadores solares en techos de las viviendas y comercios.
Hidrógeno verde: qué es y cuáles son sus ventajas
El hidrógeno verde representa la variante limpia del hidrógeno: no está presente en la naturaleza y se produce a través de fuentes renovables, siguiendo el proceso de electrólisis, a partir del cual es posible producir hidrógeno verde cuya posterior transformación produce energía y vapor de agua, sin generar efectos contaminantes.
Energía limpia que se puede producir en cualquier parte del mundo si se produce a partir de fuentes renovables, el hidrógeno verde se puede almacenar y utilizar en diversos sectores, como el transporte, la producción de calor para uso industrial, hasta la introducción en las redes de transporte y la distribución de gas.
En el Viejo Continente, la Comisión Europea ha decidido invertir en hidrógeno verde para facilitar el proceso de descarbonización. Son varios los motivos que llevaron a esta institución a elegirlo como herramienta ganadora. Por un lado, el hidrógeno green representa una alternativa limpia, eficaz y renovable sobre la que sentar las bases de una reactivación económica sostenible pospandemia y, por otro, es un vector esencial para la implementación de la transición ecológica a largo plazo.
El hidrógeno renovable, por sus propiedades de bajo impacto ambiental, permitiría limitar el aumento de la temperatura media global, manteniéndola, en cumplimiento de los objetivos a largo plazo establecidos en el Acuerdo de París, por debajo del umbral de los 2 °C. Este objetivo es compatible con los compromisos adquiridos para alcanzar la neutralidad climática en 2050, año en el que se debe alcanzar el equilibrio entre las emisiones de CO2 y la absorción de carbono.
Para aumentar la producción de hidrógeno limpio, varios países están preparando asignaciones de fondos cada vez mayores: los Países Bajos, por ejemplo, aspiran a convertirse en líderes en la producción de hidrógeno. Sin embargo, los planes de implementación no siempre van de la mano de los planes de financiamiento. De hecho, hasta la fecha no es fácil implementar un uso generalizado del hidrógeno verde, ya que los costos de producción sostenibles siguen siendo demasiado altos. Esta es la verdadera razón que aún no ha permitido que el hidrógeno limpio se establezca efectivamente en la transición energética, siendo una oportunidad aún poco accesible.
Los inversionistas y los ingenieros, sin embargo, ven con buenos ojos el hecho de que, en los próximos años, el coste de producción disminuirá: un factor que, combinado con el aumento de la demanda, podría hacer que el hidrógeno verde sea accesible para todos en 2050, con costos incluso inferiores a los del gas natural.
Foto: Marco Ugarte – Associated Press
