10:45 hrs. - Hace unos días en Chipilo, México, en ocasión de las celebraciones por los 140 años de este poblado, fundado el 7 de octubre de 1882, Gloria Paulon, alcaldesa de Segusino —el muncipio del Véneto de donde provino la mayoría de los colonos italianos que originalmente lo habitaron— dirigió algunas palabras a los presentes.
El breve discurso de Paulon tuvo lugar pocos minutos antes de la inauguración del Museo de la Inmigración Italiana —fruto del trabajo y la dedicación de Arturo Berra y Miguel Esteban Kadwrytte— donde se exhiben objetos y documentos que testimonian los primeros años de vida en México de los migrantes que valientemente dejaron su tierra para buscar nuevas oportunidades.
«Gracias» —dijo la alcaldesa en la explanada del parque frente a una numerosa audiencia— «por compartir con nosotros también este momento: la inauguración del Museo de la Inmigración Italiana con la comunidad de Segusino-Chipilo, que es un legado muy importante. Pero igualmente relevante para el futuro es la tarea de continuar con nuestra larga historia. Este espacio expositivo será de gran ayuda para las próximas generaciones y confieso que a mí también me gustaría montar un museo en Segusino. Seguramente me inspiraré en vuestra iniciativa. Bien hecho».
Al concluir la ceremonia de inauguración, Puntodincontro dirigió algunas preguntas a la alcaldesa Paulon.
No hay duda acerca del significado para Chipilo deSegusino —lugar de origen de sus padres fundadores— pero para ustedes en Véneto, ¿qué representa hoy esta aldea mexicana?
La relación de Chipilo con Segusino es profunda y el vínculo es fuerte. La diferencia que veo es que aquí en México la comunidad está más unida, mientras que en nuestro caso quizás el progreso nos ha empujado un poco hacia el individualismo. Sin embargo, estoy feliz porque las celebraciones por el 40 aniversario del hermanamiento han tenido buena respuesta en el municipio y aún ahora veo que nos siguen en las redes sociales y nos aprecian. Hay que alimentar la relación, porque lamentablemente estamos perdiendo el vínculo con el idioma y algunos de los aspectos que siempre nos han acercado a Chipilo. Aquí la iniciativa de mantener vivo el nexo es más fuerte, y esta es culpa nuestra.
Además de las celebraciones en fechas importantes, ¿hay otros contactos entre Chipilo y Segusino?
Hay contactos entre individuos, entre personas, sin involucrar a las administraciones y sin que estas relaciones sean pregonadas a los cuatro vientos. Son contactos reales. Hay familias en las que algunos miembros viven en Segusino y otros en Chipilo. Tuvimos una consejera municipal que es hija del primer matrimonio Segusino-Chipileño. La gente suele llegar de Chipilo y alrededores a Segusino sin previo aviso y la gente de Segusino también visita Chipilo a menudo. Deberíamos hacerlo más, pero —especialmente a nosotros los italianos— a veces nos cuesta trabajo desconectarnos y tomarnos unos días para viajar.
Desafortunadamente, en Italia, México es conocido particularmente por las noticias relacionadas con la violencia. ¿Cree que Segusino y su relación con Chipilo pueden ayudar a difundir la imagen de un México positivo?
El mundo del cine ayuda mucho en la propagación de los aspectos violentos de México. Intentamos y ponemos todo nuestro esfuerzo en presentar los lados positivos del país. También con la ayuda de las chicas de la comunidad mexicana local —no solo de Segusino, sino también de los alrededores—, en julio organizamos varios eventos y con mucha ilusión nos propusimos dar a conocer México más allá de lo que se ve en los cines y en las películas. Las celebraciones estuvieron muy bien y sin duda la gastronomía —que en Italia es muy apreciada— es una importante arma de promoción.